Es posible que el sentimiento de inferioridad sea la enfermedad humana más difícil de curar. Es una costumbre que se asienta en lo más hondo, que deforma al hombre entero sin respetar ningún miembro. La transición de sentirse nadie a experimentarse a uno mismo como alguien es el viaje más largo que una persona puede realizar pues, una vez adquirida la costumbre de soportar la propia inferioridad, aquella que domina toda nuestra vida.
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