A partir de hoy iré publicando retazos de "El Bucle Melancólico", el ensayo que publicó Jon Juaristi en 1997.
Y cada nueva generación nacionalista ha debido realizar la tarea que el relato exigía a sus destinatarios. El viaje hacia la nada, la experiencia de la derrota. Porque el nacionalismo vasco sólo sabe una cosa, pero, como el erizo de Arquíloco, la sabe muy bien: que es necesario perder para ganar, mantener vivo el agravio para que el sacrificio de las sucesivas generaciones resulte políticamente rentable. La estrategia global del abertzalismo es victimista, y por ello tiende a evitar por todos los medios la invalidación del arquetipo narrativo, pero precisa actualizar continuamente los significantes del mismo para que la narración no devenga tediosa incluso para los aristócratas del masoquismo (tanto sufrimiento repetido termina siendo una murga). Así que cambia continuamente la forma del relato a fin de que el contenido se mantenga inmutable.
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