viernes, 4 de septiembre de 2009

El Bucle Melancólico. (3)


El propio Freud menciona, entre las causas desencadenantes de procesos melancólicos, la pérdida de la patria. No por casualidad su célebre ensayo sobre la aflicción y la melancolía fue escrito en los días posteriores a la muerte del emperador Franz Joseph, en 1916, cuando muchos patriotas austriacos -y, en especial, muchos judíos que, como Freud, se habían sentido, bajo los últimos Habsburgo, a resguardo del antisemitismo de sus compatriotas- comprendieron que la desaprición del anciano monarca preludiaba el inevitable estallido del imeprio. La melancolía nacionalista, como la melancolía imperial, es una variante de la melancolía derivada de la pérdida de la patria, pero hay una importante diferencia entre ambas. Al contrario que en el caso de los afligidos por la pérdida del imperio, los nacionalistas no lloran una pérdida "real". La nación no preexiste al nacionalismo.

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