Antes de rememorar lo más clásico de la historia de España, que empieza con la ivasión del Islam, era sin duda necesario medir primero la acumulación de sedimentos civilizadores que precede, en el pasado español, a esta era medieval. Prehistoria inmensa y brillante, romanización excepcionalemnte fecunda y duradera, participación activa en la formación del mundo cristiano. Entre las naciones del Mediterráneo, todas tan favorecidas humanamente, la nación española no cede a ninguna en cuanto a antigüedad y continuidad de la civilización.
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