miércoles, 16 de septiembre de 2009

El Bucle Melancólico. (y 23)

Con este post acabo la serie dedicada al ensayo de Jon Juaristi.



Las voces ancestrales clamaron en muchas partes, pero resonaron con más fuerza en determinados ámbitos: en el movimiento scout, por ejemplo. El escultismo de los sesenta dependía de las diòcesis. Llegó a ser muy fuerte en Bilbao y la zona industrial de Vizcaya -por contraste con Guipúzcoa, donde florecían otras organizaciones eclesiásticas dedicadas a la formación de la juventud de los caseríos, a la que no había necesidad de descubrirle el monte-. Los hijos de nacionalistas no entrábamos en la OJE, el engendro juvenil de falange (amigos que conocí después, hijos de emigrantes que pasaron por los campamentos de la organización falangista, me aseguraron que allí se hicieron comunistas).

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