miércoles, 8 de julio de 2009
Anatomía de un instante. (40)
El penúltimo día de diciembre de 1980 El país pintaba un cuadro de fin del mundo en el que el desbatrajuste territorial auguraba una solución violenta, después de acusar de irresponsabilidad a todos los partidos políticos sin excepción y de reprocharles su ignorancia culpable del punto de llegada del Estado de las Autonomías, o su interesado desinterés por definirlo, concluía el editorial: "una desconposición política menos grave que la que aquí (...) se apunta llevó a Companys a sublevarse, el 6 de octubre de 1934, contra un gobierno central de coalición derechista, y a una fracción socialista a promover la desesperada intentona de Asturias". Puesto que ese era el diagnóstico prerrevolucionario del periódico que mejor representaba a la izquierda española, tal vez cabría preguntarse si gran parte de la sociedad democrática no les estaba proporcionando a los golpistas excusas diarias con que reafirmar su certeza de que el país se hallaba en una situación de máxima emergencia que exigía soluciones de máxima emergencia ; tal vez cabría preguntarse incluso -es sólo una manera más incómoda de formular la misma pregunta- si gran parte de la sociedad democrática no se confabuló a su pesar para facilitarles involuntariamente la tarea a los enemigos de la democracia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario