lunes, 20 de julio de 2009

Nada por la patria. (20)


Dos días después del atentado contra García es el 11 de septiembre. No el veintiún aniversario de la fecha infausta en que la democracia chilena fue asesinada por Pinochet, no, sino el "Onze de Setembre", conmemoración de no se sabe bien qué presunta derrota de una presunta Cataluña en un oscuro conflicto internacional de hace casi tres siglos: la fiesta nacional de Catalunya, la Diada. En el Parlament se lleva a cabo cada año la celebración institucional de la cosa. Veintitrés activistas de la Tolerancia, acompañados por militantes de Cadeca, penetran en el lugar dispuestos a montar una protesta lo más espectacular posible por la "agresión fascista" a Asunción García. Agentes de paisano -como pertenecen a la policía autonómica los llaman Mossos d´Esquadra-, mezclados entre el público, despojan a los tolerantes de grabadoras y cámaras fotográficas. Los tolerantes y las madres de Salou se sientan en el hemiciclo. Los conminan a salir, pese a que el acto es público. Se niegan. El dispositivo policial -"impresionante" según ellos- los desaloja a la fuerza. La aventura ha durado 35 minutos. ¿Cómo se pudo enterar la policía de que se preparaba esa acción? "La decisión de acudir se había cerrado la noche anterior por teléfono", manifiestan los tolerantes. No dicen nada más, pero esperan que el lector piense: la policía, cualquier policía, pincha teléfonos.
La prensa, con la única excepción de Abc, no dijo ni pío.

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