Yo reventé entonces: cuando vi que había gente a quien molestaba que se dijeran cosas que a mí me parecían normales. Ahí empecé a ponerme mosca.
O sea que, de repente, caigo en la cuenta de que me han hurtado mi lengua, de que me han hurtado mi historia, de que no me dejan explicar y defender lo mío... Y en ese momento es cuando digo: "Cruz y raya. Se ha acabado.
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