domingo, 19 de julio de 2009

Nada por la patria. (19)


Seguimos en 1994. El 9 de septiembre, en Vila-seca, dos individuos entran en la consulta médica de la vicepresidenta de Cadeca (Coordinadora de afectados en Defensa de la Lengua Castellana), Asunción García, probablemente la primera persona que -en mayo de 1993- osó poner en marcha un movimiento más o menos organizado para impedir que a sus hijos y a los demás niños y niñas castellanos de Cataluña los sumergieran a la fuerza en el monolingüismo catalán escolar. Es sin duda un acto de decisión y valentía que ya nadie podrá borrar de la historia de Cataluña, de la historia de España, y a Cadeca se la llama también, con cariño o desprecio, según, "las madres de Salou".
Los dos individuos le dicen a Asunción García que el padre de uno de ellos ha sufrido un ataque cardíaco y necesita ser atendido. Ella coge su coche y los toma en él. La conminan a ir hacia un descampado, le pegan una paliza y le incendian el vehículo. Esta es la versión de la víctima, asumida por la Tolerancia. Voltas la pone insidiosamente en duda: "Sea como fuere, el episodio de la agresión a Asunción García no es una anécdota. No lo es si realmente la apalearon por motivos políticos. Tampoco lo es si fue un montaje o una jugada oportunista. Y lo es menos aún si es cierto que la Guardia Civil sabe la verdad pero prefiere no destaparla."

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