Desde hace pocos meses los excursionistas catalanes que por negligencia deban ser rescatados han de pagar su salvamiento. Este hecho crea una paradoja la mar de curiosa, si un montañero catalán sube el Mulleres (de 3.010 metros, en la frontera catalano-aragonesa) y se rompe una pierna, puede verse obligado a pagar el rescate en el lado catalán, pero en el lado aragonés no tendrá ningún problema. Está claro hacia donde intentarán los excursionistas catalanes dirigir sus huesos rotos.
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