sábado, 30 de enero de 2010

El día que Montilla habló de mí.


Recientemente a Montilla le preguntaban en una radio sobre el follón de Vic y el empadronamiento. En esa constante del PSC de coger votos de todos los lados, dijo que era ilegal pero también criticó el "buenismo" ya que los que estaban en contra no convivían con inmigrantes, y que por lo tanto había que escuchar a los que sí.
Pues yo vivo rodeado de inmigrantes, en un barrio que triplica la densidad de Tokio y que parece un casting de "¡Viva la gente!", aquel grupo musical que estaba formado por miembros de multitud de nacionalidades. Yo tengo extranjeros en el piso de abajo que montan fiestas insoportables, los Mossos visitan la finca regularmente preguntando por anteriores inquilinos y asomarme al balcón es ver una película de Tarantino en directo. Por lo tanto yo puedo hablar y siempre apoyaré al que lucha por sobrevivir, me causan alguna molestia pero siempre será más soportable un extranjero con sus costumbres que un nacionalista que ha decidido balbucear una lengua que no es la suya. Siempre preferiré al que lucha por salir adelante antes que al que se vende por vivir como un rey.

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