domingo, 17 de enero de 2010

Identidades asesinas.(2)


La situación es aún más delicada al otro lado del Rin. Pienso en el caso de un turco que nació hace treinta años cerca de Fráncfort y que ha vivido siempre en Alemania, cuya lengua habla y escribe mejor que la de sus padres. Para su sociedad de adopción, no es alemán; para su sociedad de origen, tampoco es un turco auténtico. El sentido común nos dice que debería poder reivindicar plenamente esa doble condición. Pero nada hay en las leyes y en las mentalidades que les permita hoy asumir en armonía esa identidad compuesta.

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