domingo, 7 de febrero de 2010
La pequeña historia de España. (16)
Don Niceto no era un fariseo, en el sentido vulgar que ha venido a tener la palabra al convertirse de sustantivo en adejtivo. Pero en cuanto el fariseo representaba en el judaísmo el sentido legalista, formulario, estricto y austero de la religión mosaica, de don Niceto puede decirse sin paradoja que es un fariseo-católico.
Practica la religión católica para cumplir un deber más que para satisfacer un sentimiento. Pues, por católico, por religioso, por creyente, republicanos y socialistas sintieron contra él las mismas prevenciones y hostilidades que por cacique monárquico.
Me refiero, ya se supondrá, a esos republicanos y socialistas que, sinceramnete, por suponerse ateos o por titularse anticlericales a la usanza demagógica, son intolerantes, intransigentes y enemigos jurados de todos los creyentes, cualquiera que sea su religión.
Sin embargo, la vida, el sentimiento humano, la realidad, prescinden de esas prevenciones y sobre ellas se remontan.
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