sábado, 13 de febrero de 2010

La pequeña historia de España. (21)


A Companys sus mudanzas le hacen a uno recordar las del camaleón. Estoy seguro de que a solas con su conciencia no podrá explicarse por qué serie de transmutaciones ha venido a parar de castelarista en federal, de reformista monárquico, en furibundo hombre de izquierdas, de españolista patriotero, en anarco-separatista, y de modestísimo Don Nadie, en el monigote de la veleta catalana, gobernada por todos los vientos, volviendo la cara a todos los horizontes, sin gobierno sobre nadie, sin autoridad sobre nada, empingorotado sobre todos los niveles, testaferro de todas las voluntades, canciller de todas las villanías, testigo de todos los crímenes, cómplice de todas las infamias y tan irresponsable como los fetos en el Limbo.

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