lunes, 15 de febrero de 2010
La pequeña historia de España. (26)
Don Niceto no enfocaba lo uno ni lo otro, sin que yo incurra en la injusticia de negarle sentimientos humanitarios. Lo que a él le intresaba era no crearse enemigos en Cataluña, en procurarse allí popularidad, salvando la vida de los que, peleando por la independencia de aquella región, habían conquistado la categoría de héroes legendarios.
Terminando el juicio sumarísimo que se siguió contra el jefe militar que dirigió la resistencia armada en la Generalidad, comandante de Artillería Pérez Farrás, al Gobierno se le presentó el asunto en toda su desnudez y con él se le plantearon algunos otros problemas.
El Consejo de Guerra había condenado a muerte. El Gobierno había sido notificado. Si el Gobierno contestaba a la notificación de la primera autoridad militar de Cataluña "dándose por enterado", aquella autoridad dispondría la inmediata ejecución del reo. Al Gobierno, única y exclusivamente al Gobierno, competía el triste derecho de mandar o no ejecutar la sentencia terrible con un simple "enterado".
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