jueves, 18 de febrero de 2010

Los mitos de la Historia de España. (5)


El pueblo de Madrid, armado de panfletos y artículos burlescos contra curas y frailes, acudió a la llamada ruidosa de los agitadores, como acudiría en 1835, 1854, 1868, 1931 o 1936... Desde esa hora todos los llamamientos a la libertad de los españoles serían acompañados del mugido anticlerical, con una salvedad, la del amanecer de 1975, a la muerte de Franco, cuando la clerecía más joven consiguió cambiar el rictus autoritario de la Iglesia del Concordato. En un país donde la jerarquía eclesiástica, con temor unas veces, con ferocidad otras, escuchaba mensajes tan llenos de ruido y furia como la sátira, la llama, el motín, el crimen, era un espèjismo creer que la palabra de la Iglesia y sólo ella definía la realidad de España, y que lo demás no tenía consistencia alguna, voces y explosiones tejidas y destejidas por intelectuales y afrancesados.

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