sábado, 6 de febrero de 2010

La pequeña historia de España. (11)


Yo había nacido en La Rambla, partido judicial de la provincia de Córdoba, que con el de Posadas formaba un distrito electoral. De mi pueblo salí a los 40 días y no volví cumplidos los 40 años, cuando ya se había dibujado mi personalidad política en el escenario de la vida pública. Ni la heredé, ni me la regalaron, ni la improvisé. En La Rambla empezaron a conocerme el juez y el cura de la parroquia donde me bautizaron, por el sinnúmero de certificaciones y partidas de bautismo que durante mi época de periodista activo y combatiente, los jueces que me procesaban en Madrid reclamaban de aquellas autoridades. Después los azares marciales y pintorescos de mis luchas con el cortejo de prisiones, emigraciones, etcétera... y mis primeras campañas en el parlamento, acrecentaron mi fama.
Los distritos rurales, generalmente de arquietctura caciquista, aspiraban a tener a su servcicio "personajes" de influencia que, a cambio del acta de diputado, los protegiese y fuese agente y procurador de sus intereses.
Con todo, la primera vez, mayor de edad y diputado, fui a La Rambla, me recibieron a pedradas y a duras penas encontré dónde alojarme. La segunda vez pude hablar desde el balcón del Ayuntamiento. La tercera me acogieron bajo palio o poco menos, música y cohetes. No hay que decir cómo me trataron cuando fui ministro...

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