lunes, 1 de febrero de 2010

Identidades asesinas. (y 17)

Con este post cierro la serie dedicada al libro de Amin Maalouf.



Cuando una minoría está oprimida, la libertad de voto no la saca necesariamente de su opresión, e incluso es posible que agrave su situación. Hay que ser muy ingenuo -o, a la inversa, muy cínico- para sostener que, al dejar el poder a una facción mayoritaria, se reducen los sufrimientos de las minorías. Se estima que, en Ruanda, los hutus representan alrededor del noventa por ciento de la población, y el diez por ciento los tutsis. Unas elecciones "libres" serían hoy lo mismo que un censo étnico, y si se tratara de aplicar la ley de la mayoría sin ninguna cautela, se llegaría inevitablemente a una matanza, o a una dictadura.

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