martes, 24 de noviembre de 2009

Progresa adecuadamente. (6)


El caso es que hoy en Cataluña toda la enseñanza pública obligatoria se imparte, por fuerza, en catalán. Sólo en algunos cursos de Bachillerato, y en algunos -pocos- centros privados, se dan las clases en castellano, además de en catalán, inglés, francés, alemán o el idioma que se tercie. Así está la cosa. Y, dejando a un lado esa similitud entre las lenguas a la que me refería hace un momento y que tan fáciles ha puesto las cosas, ¿sabes cómo hemos llegado hasta aquí, cómo ha sido posible esto? Quizá no lo sepas, pero seguro que lo intuyes. Sí, la autonomía, la famosa potestad de cada comunidad para gestionar sus asuntos; de aquí viene todo, en efecto. Por eso la LOGSE fue tan bien recibida en Cataluña, y por eso una coalición como Convergència i Unió, tan renuente, en principio y por principio, a las utopías izquierdistas y a los falsos igualitarismos, y tan favorable, en cambio, a la meritocracia, se avino al pacto. Dicen que sarna con gusto no pica. Y es que, si la sarna la traía la izquierda, el gusto lo experimentaba el nacionalismo al aprovechar el inicio de la reforma educativa para implantar la inmersión lingüística en los primeros niveles de la enseñanza y convertir poco a poco el catalán en la única lengua de la escuela. Tras más de tres lustros de inmersión continuada, hasta los propios estrategas educativos reconcoen haber alcanzado sus últimos objetivos en el aula. Eso sí, enseguida añaden que, una vez dominada el aula, ahora van a por el pasillo, el patio y el entorno.

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