"señores, aquí tenéis al rey de España", exclamó Luis XIV delante de un grupo de cortesanos, funcionarios y diplomáticos en uno de los salones de Versalles; y luego, dirigiéndose a su nieto, el duque de Anjou, dijo con voz algo más quebrada: "Sé buen español, ése es tu primer deber, pero acuérdate de que has nacido francés, y mantén la unión entre las dos naciones; tal es el camino de hacerlas felices y mantener la paz en Europa".
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