jueves, 26 de noviembre de 2009
Progresa adecuadamente. (12)
A riesgo de ser tomado por un conspicuo agente de la reacción, me propongo exponer en este artículo cómo funciona el sistema público de enseñanza en un país diferente del nuestro, en un país más pequeño, más frío y -ustedes perdonen- más culto. Pero en un país, qué duda cabe, tan europeo como España, con los mismos problemas de convivencia y análogos equilibrios y desequilibrios sociales. Gracias a la información suministrada por una buena amiga nacida -casi- en aquellas tierras, me propongo hablarles de la educación en Holanda. Sí, de la educación en el Estado que goza de la legislación más progresista del continente, donde -por poner algunos ejemplos- el consumo de drogas, el ejercicio de la prostitución o la práctica de la eutanasia han adquirido rango de ley. Pues bien, en este lugar de Europa, llano donde los haya -hasta el punto de que casi todo el territorio está situado a nivel del mar-, existen tantos contrastes entre la población como puedan existir entre los habitantes de la variopinta geografía penincular. Los hay más aptos para las manualidades, los hay más proclives al estudio, los hay ordenados, los hay más dispersos; los hay, en suma, de toda clase y condición. De ahí que, nada más finalizar la Enseñanza Primaria, a los 12 años, los niños holandeses, de acuerdo con sus padres y asesorados por sus maestros, elijan una de las tres opciones de Secundaria que se les ofrece. Y como hoy en día todo tiene nombre de sigla, estos adolescentes escogen entre VMBO, HAVO y VWO.
El VMBO es una formación profesional de primer grado, a cuyo término los alumnos pueden completar sus estudios en una formación profesional de grado medio o pasar al HAVO. El HAVO, cuya duración es de cinco años, prepara a los alumnos para seguir la formación profesional de grado superior, aunque a partir del tercer curso pueden orientar sus pasos hacia la de grado medio. El VWO dura seis años y prepara a los alumnos para la universidad, aunque después del tercer curso pueden encaminarse hacia la formación profesional. Añadamos, para completar esta somera exposición, que las tres ramas tienen en común lo que aquí llamamos materias instrumentales -lengua, matemáticas, etc.-; que los alumnos con dificultades de aprendizaje que no pueden sacarse el título de VMBO reciben una formación práctica, tipo escuela-taller, que los prepara para los trabajos más sencillos del mercado laboral; que existen escuelas públicas especiales para aquellos que tienen graves deficiencias de aprendizaje, transtornos de conducta o minusvalías físicas, y que los muchachos inmigrantes que todavía no dominan la lengua holandesa disponen de clases especiales durante uno o dos años para que logren integrarse.
Ya ven en qué consiste un modelo progresista: en facilita. En prever recorridos de distinto alcance y duración, para todos los públicos, trazando cuantos atajos y pasaderas sean necesarios para desandar lo andado o prolongar lo previsto, sin falsos igualitarismos, con los pies en el suelo y la cabeza fría. Algo así como salir al encuentro de la felicidad, acertar con la película y que encima esta acabe bien.
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