martes, 26 de julio de 2011

¿TV-3 es de todos?

La carta de un lector de El Periódico de Catalunya.
Estudios recientes han detectado un notable crecimiento del independentismo en Catalunya, y la noticia ha sido ampliamente difundida por los medios dependientes del Govern. Este resultado era del todo previsible, dada la sutil pero constante propaganda procedente de los medios controlados, totalmente o en parte, por la Generalitat. Respecto de la televisión, queda ya lejos el tiempo en que podíamos decir a cualquiera --en una expresión muy acertada-- que TV-3 era ¿la tuya¿. El tiempo en que, por tanto, se podía hablar de ¿la de todos". Ahora, no. Ahora, para muchos catalanes es ¿la suya¿, la de los que quieren una Catalunya independiente. Tienen derecho a pensar así y manifestarlo, pero no tienen el derecho de apropiarse de la televisión de todos para promocionar su opción política. Sobre todo, si esta opción conlleva para ellos la indiferencia e incluso el odio a España. Probablemente, TV-3 es una de las mejores televisiones de nuestro entorno inmediato. Y también una de las más caras; nos cuesta mucho dinero. Es curioso que entre tanta crisis y penuria, causa de tantas dolorosas recortes, objeto de tantas protestas, no se hable nunca de la millonada que cuesta nuestra televisión, con sus múltiples canales de emisión, sus corresponsales en todo el mundo, sus omnipresentes servicios de traducción, sus medios técnicos de última generación y su espíritu innovador. Pese a que es cara, me gusta que entre la mediocridad actual la Televisió de Catalunya (magnífico, el Canal 33) pueda ser para mí un bálsamo y un refugio. Pero protesto porque tanta calidad técnica y tantos contenidos de nivel excelente parezcan estar al servicio no tanto de la Catalunya plural y abierta al mund, sino del proyecto partidista de una Catalunya independiente. Los responsables de TV-3 confunden la parte con el todo, como si el independentismo fuera el proyecto político de todos los catalanes. Este planteamiento es sectario y reduccionista. No se encuentra tanto en los contenidos como en las formas, el estilo, el lenguaje; incluso en el modo de dar la información del tiempo. Aparece en mil detalles y expresiones, sin duda consecuencia de la aplicación del libro de estilo. El problema de fondo radica en la manera de entender el periodismo y la información. Los dirigentes de TV-3 saben muy bien lo que hacen, y los que trabajan son buenos profesionales. Creen servir a Catalunya, a una cierta idea de Catalunya. Quizá haría falta, sin embargo, que sirvieran primero a la verdad, la verdad poliédrica de lo que hay en el mundo, en nuestra sociedad. Su trabajo debería reflejar en el espejo televisivo las cosas que pasan en vez de esforzarse en hacer que pasen las cosas que ellos querrían que pasaran. Este periodismo manipulador no me gusta. Por eso ya hace tiempo que TV-3 no es la mía, y me duele. No es la mía porque no es la de todos. Añoro aquellos tiempos en que lo fue, y espero que algún día se pueda decir de nuevo que TV-3 es la televisión de todos los catalanes.


A.A.V
Balaguer

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