jueves, 10 de diciembre de 2009

Progresa adecuadamente. (29)


¿Fascistas, estos chicos? Pues claro, aunque ellos ni se inmuten. Fascistas porque consideran lícito recurrir a la fuerza para impedir que otros puedan expresar libremente su punto de vista; fascistas porque consideran ilícito que otros actúen y se manifiesten con plena libertad si ello contraviene sus creencias. Como bien sabe el ex rector, no es la primera vez que hechos semejantes ocurren en su universidad. Lo que quizá no haya alcanzado aún a preguntarse es por qué ocurren. Por qué ocurren allí, y en las demás universidades públicas de Cataluña. Hace un par de años, por ejemplo, en la de Barcelona se programaron unas jornadas sobre el nacionalismo. Algunas de las sesiones se desarrollaron con normalidad; otras, en medio de insultos y de lanzamientos de objetos. Ni que decir tiene que el blanco era el conferenciante, y que los proyectiles verbales y de toda índole salían de parte del público estudiantil. Pero estamos hablando de las sesiones que llegaron a celebrarse, pues también las hubo que corrieron peor suerte. Una en concreto, en la que debían intervenir Jon Juaristi y Aleix Vidal-Quadras, no pudo ni empezar. Ante las amenazas y las agresiones de que era objeto, Juaristi, acompañado de Francesc de Carreras e Ivan Tubau -Vidal-Quadras ni siquiera había logrado entrar-, tuvo que refugiarse en el despacho del decano de la facultad, esperar la llegada de la policía, y salir escolatdo bajo la mirada bravucona y los gritos enfurecidos de aquellos energúmenos. La universidad, claro está, se pronunció sobre el asunto. Consideró que lo ocurrido era fruto de una provocación. De los conferenciantes, por supuesto.
No fue esta la reacción de Josep M. Nadal tras los incidentes del otro día. Cuentan que exigió en vano a su sucesor que expedientara a los estudinates. Ya no era rector; era sincero. Esta vez le había tocado a él.

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