martes, 8 de diciembre de 2009
Progresa adecuadamente. (25)
Si el catalán va a convertirse en una lengua oficial española, también van a convertirse en oficiales el vasco y el gallego. Y el árabe. Y el hebreo. Y las lenguas eslavas. Y cuantas lenguas sean habladas hoy en España. Al igual que con las religiones, cuya enseñanza requiere un mínimo de 10 alumnos por profesor, lo único que quedará por fijar es el número de hablantes a partir del cual un determinado idioma deberá ser considerado oficial. Porque supongo que tanto Maragall como Rodríguez Zaptero habrán caído en la cuenta de que eso de la lengua es como lo de la religión. Que lo que vale para una vale para la otra. O se aplica un criterio histórico y no hay más lengua oficial que la española y más religión que la católica, o se abre la veda, se deja uno de criterios históricos, territoriales y colectivos, y se pone a calcular a cuantas lenguas salen cuarenta millones de españoles con derecho de ciudadanía. ¡Ah!, y ya pueden irse olvidando de que la Constitución cite las lengaus por su nombre. Con tanto flujo migratorio, a este paso habría que ir reformando la Carta Magna cada legislatura. ¡Qué digo, cada legislatura! ¡cada año! ¡Quia!
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