miércoles, 14 de julio de 2010

Una novela de barrio. (y 8)


Bueno, pues quizá le haya hablado de la España que me convirtió en una dama: la España del hambre. Centenares de chicas llegaron a Barcelona con el estómago en pena y un porvenir en el vientre. Y yo les busqué trabajo para sus vientres, o sea, que les salvé la vida y de paso me conevrtí en una de las fuerzas vivas de este país. Porque este país se construyó con el hambre, no sé si tiene usted edad para saberlo. Pero si tiene edad para saber que ahora se sigue construyendo del mismo modo. Aunque no con el hambre de los españoles, sino con el de los inmigrantes. Hemos conseguido traspasar el hambre. Y siguen llegando miles de chicas que no tienen más que un porvenir, el de su vientre. Ésas, ¿sabe?, son mucho más tristes que las mías. Porque yo, a las mías, les daba cariño y una vida razonable. Yo era una dama.

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