Ha costado pero por fin el Ayuntamiento de Barcelona pondrá mañana una pantalla gigante para ver la final del Mundial de fútbol. Para promocionar el acontecimiento ha pagado páginas de publicidad en diferentes rotativos. Una página de publicidad en la que no se menciona ni una vez la palabra España, ni española ni otra palabra con la misma raíz. Una publicidad en la que se recomienda vivir la fiesta con civismo. ¿Alguien ha recomendado civismo a los zánganos que ahora mismo están paseando una senyera de 250 metros por las calles de Barcelona? Tras cada victoria española algunos medios de comunicación han intentado engrandecer algunos actos violentos que el Ayuntamiento de Barcelona ha debido de desmentir al ser inexistentes. Hace dos años celebramos la Eurocopa con total civismo y mañana haremos lo mismo con el Mundial. Cuando las concentraciones son espontáneas y no están manipuladas ni subvencionadas, el único resultado es la alegría y el jolgorio. El mal rollo para los que ahora están paseando su alma en pena por la ciudad condal.
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