jueves, 10 de diciembre de 2009
Progresa adecuadamente. (31)
Y, pues hablamos de conocimiento, ya va siendo hora de que abordemos el segundo de los pilares de la educación que la pedagogía moderna -como anunciaba Hannah Arendt hace medio siglo a propósito de Estados Unidos- ha abandoando. Me refiero, por supuesto, a la tradición. Para entender en qué consiste este abandono de la tradición, lo mejor será echar mano ante todo de Rafael Sánchez Ferlosio y de su ensayo "borriquitos con chandal", donde puede leerse una de las explicaciones más claras y convincentes sobre la naturaleza de la inversión producida en los métodos de enseñanza actuales. Tras postular que toda enseñanza es pública por definición -en el sentido de que sus contenidos, por el mero hecho de estar al alcance de todo el mundo, pertenecen siempre al dominio público-, el último Premio Cervantes niega la posibilidad de que esos contenidos, "los conocimientos en sí mismos, se presten a venir o a ser llevados o tan siquiera acercados al alumno" y sostiene que el aprendizaje, la instrucción, consiste justamente en el proceso inverso, ya que son los conocimientos, por su propia condición, los que exigen que sea el alumno "el que salga a buscarlos fuera, en la pura intemperie impersonal, msotrenca, en la tierra de nadie, en la que, por definición, surgen y están". Y concluye: "Con esta insípida obviedad o perogrullada trato de disipar cualquier equívoco sobre la circunstancia de que los contenidos de enseñanza no pueden nunca adaptarse, en cuanto tales, a las idiosincracias o condiciones personales de los estudiantes, sino que necesariamente han de ser éstos los que tengan que adaptarse a las impersonales condiciones de los conocimientos".
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