Las elecciones de enero de 1869, ¿fueron acaso una provocación bien orquestada para hacer un registro del quién es quién en España con vistas a futuras purgas? El caso es que se presentaron las más diversas candidaturas a las Cortes Constituyentes, desde carlistas a republicanos: todo el mundo apeló al espíritu cívico mostrando su disposición a probar fortuna en las urnas, aunque en privado nadie descartaba recurrir al pronunciamiento si el resultado no era favorable. Los grandes peligros de la patria y de la propiedad privada parecían conjurados.
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