Solo deciros que he aprendido a no pretender prescindir del llanto posparto que me acompañará el resto de mi vida. El pequeño sufrimiento cotidiano me hace fuerte. La lucha contra una propia obra (ese inmenso juguete) da sentido a toda una vida. El problema, el verdadero problema, el inmenso problema de las drogas en nuestro siglo de pretensiones humanas exageradas y decepcionantes es, sencillamente, que están demasiado ricas.
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