Una de las peculiaridades que aborda el estudio PISA es la existencia de alumnos que hablan en casa una lengua diferente a la de la escuela. La nota sacada por éstos en lectura es 13 puntos inferior a los que usan la misma lengua casa y en el aula. Los datos son claros pero los políticos siguen sin reaccionar y en Catalunya siguen "normalizando", aunque en realidad estén "forzando".
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