Parte del artículo de Johan Cruyff publicado en la contraportada de El Periódico de Catalunya.
En Vancouver suenan los himnos y todo el mundo muestra respeto. Aquí suena el himno español en la final de la Copa del Rey de baloncesto y hay bronca. No es la primera, desde luego. Basta recordar lo que sucedió en la final de Copa de Mestalla, en el primero de los títulos del Barça. Seas de donde seas, sientas como te sientas, da igual si estás de acuerdo o no, los himnos nacionales se respetan. Más allá del deporte, el respeto es básico en todos los ámbitos de la vida.
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