miércoles, 17 de marzo de 2010
Los mitos de la Historia de España. (64)
Franco y su régimen cultivaron un silencio espeso sobre el holocausto nazi y los miles de españoles que habían ido a parar a los campos de exterminio. Los exiliados del común, la gente de a pie, eran los rojos asesinos de la guerra. Los políticos y prohombres de la República eran los ladrones que habían huido con el botín salpicado de sangre, los usurpadores del tesoro de España, los forajidos a los que el alud nazi arrastraba lejos de la Francia de Vichy. Las reservas de oro del Banco de España, que la República había tenido que devorar hasta la última onza para comprar armas y víveres en todo el mundo y así no derrumbarse en los campos de batalla, que Negrín había trasladado a Rusia y convertido en aviones, tanques, piezas de artillería y fusiles con que combatir al ejército rebelde y sus aliados, aquellas reservas de oro del Banco de España se transformaron de pronto, a los ojos de los españoles de la posguerra, en el botín de guerra de los republicanos, en un relato mítico lleno de codicia y delincuencia que permitía a los vencedores ensordecer la voz dolorida dele exiliado.
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