viernes, 5 de marzo de 2010

Los mitos de la Historia de España. (38)


Hacia la mitad del siglo XVIII, Antonio de Capmany describía el catalán como un idioma antiguo y provincial, muerto para la república de las letras. Capmany aspiraba, como en el siglo XIX Piferrer o el propio Aribau, autor de una conocida oda a la patria, a que se le reconociera sobre todo como escritor en español, y aunque los poetas de la Renaixença explicaran la decadencia literaria del catalán por la pérdida de peso político de Cataluña y se dijera que el castellano se había beneficiado de ser la lengua de la Corte y del gobierno, lo cierto es que su expansión natural por tierras de Aragón, Valencia o Cataluña se debía sobre todo a los intereses comunes de las elites, a su fonética innovadora ya que en el siglo XVI -para Capmany ya en el XIII el castellano era la lengua más bella, pulida y suave de Europa- tenía una gran proyección internacional.

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