miércoles, 19 de enero de 2011

... Y siguen sin entenderse.


Por lo visto ahora nuestros senadores pueden hablar en otras lenguas españolas además del castellano. Es más engorroso, más caro... pero lo peor es que siguen sin entenderse. Y es que el problema de nuestros políticos no es el de las bocas abiertas sino el de oidos cerrados.

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