jueves, 20 de enero de 2011

Porque tengo hijos (25).


Fue la primera vez en la historia de la democracia en la que unas víctimas del terrorismo nacionalista etarra se atrevieron a señalar a los responsables políticos de la ignominia terrorista que asola el País Vasco. Maite y su familia discriminaron bien. Excluyeron a los nacionalistas que traicionaron a la democracia con el Pacto de Lizarra, a los que abandonaron a su hermano, a los que permitieron que ETA le mantuviera en la diana, a los que se negaron a escuchar las peticiones de él mismo y de su familia para que le mantuvieran destinado en la Comisaría de Laguardia. Pero, a la vez, me pidió que localizara a Joseba Arregui y a José Antonio Ardanza para que les transmitiera en su nombre que ellos no debían darse por aludidos, que serían bienvenidos al velatorio. Así lo hice.

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