Encomiable esfuerzo el del ministro Moratinos para que Barcelona sea sede de Unión por el Mediterráneo. Oficialmente solo se compite con Malta y este pasado fin de semana se intentó seducir a los embajadores para lograr la sede del secretariado. Buenas intenciones pero la sinrazón vino después. Leemos en El Periódico de Catalunya:
Los embajadores y cónsules invitados al Palau de Pedralbes -con tour incluido- esperaban con ganas los discursos políticos, pero cuando llegaron el desoncierto se expandió por el salón. El Alcalde Jordi Hereu, y el president, José Montilla, se dirigieron a ellos en catalán. El primero mezcló las dos lenguas y el segundo lo hizo casi íntegramente en catalán. "No está mal...Te quieren vender un producto y no entiendes el eslogan", fue una de las frases más recurrentes entre los diplomáticos. Podían haber cogido los cascos para seguir la traducción simultánea, pero no lo habían considerado necesario porque todos hablan castellano.
Este es un ejemplo claro de la Catalunya en la que vivimos. Estoy convencido de que Barcelona será la mejor sede de Unión por el Mediterráneo, pero desde luego no lo será por el pragmatismo de sus dirigentes.
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