La carta de una lectora hospitalense publicada en El Periódico de Catalunya.
Tengo una incapacidad reconocida del 40%, pero no tengo suficientes años cotizados. Por tanto, solo me dan 448 euros al mes (sin pagas). Tengo, también, una tía de 90 años con una pensión de 624 euros. Llevo cinco años de dedicación absoluta, cuidándola hasta el punto de que eso está afectando a mi salud. El alquiler del piso me absorbe totalmente la renta mínima de inserción, y con la pensión de mi tía, pagamos agua, luz y gas, y comemos. Por fin, hemos encontrado una plaza en una residencia, y la Generalitat estipula que hemos de contribuir con el 80% anual de la pensión. ¿Alguien me puede decir cómo lo haré? Tengo que elegir entre pagar el alquiler o comer. Mientras tanto, ¿alguien se ha fijado en la cantidad de oficinas y edificios que la Generalitat tiene solo en Barcelona, y lo que cuesta mantenerlos? ¿Es necesaria tanta ostentación? Señores, quizá sí que habríamos de salir a la calle, pero no por entelequias tan intangibles y de dudoso pragmatismo como `som una nació¿. Soy catalana, natural de Barcelona y de familia catalana, aunque no tengo ninguna necesidad de diferenciarme constantemente para reivindicar algo que ya es inherente en mí. Ni tampoco tengo necesidad de renegar de mis vecinos. Lo que sí tengo necesidad es de sobrevivir, y como yo, existen mil casos similares o peores. Quizás sí, tendríamos que salir a la calle, pero para denunciar la injusticia social y el despilfarro político.
M. T. C. C. - (L'Hospitalet de Llobregat)
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