martes, 14 de septiembre de 2010

La España de las consecuciones absolutas


- ¡Ay, inspectora, cómo se nota que es usted de una generación privilegiada!
- No sé qué coño tiene que ver mi generación con esto.
- Pues todo. Usted ya pertenece a la España de las consecuciones absolutas. Tienen ustedes un objetivo importante, luchan por él, lo logran y entonces todo tiene que ser redondo y perfecto. Pero yo soy más viejo que usted, soy de la España de las mejoras. En mi época no había objetivos, lo único a lo que nos atrevíamos a aspirar era a mejorar un poquito: que te aumentaran el sueldo, que tu hijo pudiera estudiar, poder verarnear en la playa...


El silencio de los claustros. ALICIA GIMÉNEZ BARTLETT

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