Os copio parte de la columna de opinión ha escrito el historiador Joaquim Coll en El Periódico de Catalunya.
La estelada es un símbolo independentista,que tiene todo el derecho a exhibirse en manifestaciones partidistas, pero que no puede convertirse en protagonista de la Diada en nuestros monumentos, plazas, calles o en los balcones de algunos ayuntamientos, que, recordémoslo, también son poderes públicos. La indolencia política de la izquierda catalana en esta cuestión, sumada al miedo a provocar altercados en un día que parece apto para las expresiones más radicales, unido a la complacencia ideológica de la derecha nacionalista hacia el independentismo, ha permitido hasta la fecha la perpetuación de este despropósito. Además, pretender convertir al moderado Rafael Casanova en un precursor de la ruptura con España es ridículo, cuando es sabido que este conflicto dinástico fue esencialmente una guerra civil entre unas tendencias centralizadoras y otras federativas.
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