sábado, 26 de noviembre de 2011

Hegemonía asfixiante


Nuestro Estado de derecho no está a la altura del desafío. Funiona mal, y una de las consecuencias de sus deficiencias es que algo como ETA haya sido capaz de tanta y tan negativa influencia durante más de treinta años tras la muerte de Franco, condicionando la política española a través de sus relaciones con los nacionalistas considerados democráticos, fuera en el Pacto de Lizarra con el nacionalismo vasco, fuera en los acuerdos con ERC para declarar una tregua en Cataluña a cambio de sumar fuerzas por la autodeterminación. Todos los nacionalistas separatistas han exploatdo las concesiones obtenidas por el nacionalismo vasco en beneficio propio. Así se ha extendido el prejuicio de que sus ganancias se convierten automáticamente en derechos irreversibles, y que la única política posible en la suya, degenerando hasta situaciones de hegemonía asfixiante como la instalada en Cataluña.


Movimientos cívicos, CARLOS MARTÍNEZ GORRIARÁN.

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