martes, 9 de octubre de 2007

Dimite y ¿vencerás?

Me gusta David Trueba. me gustan sus guiones, sus libros, sus películas y también sus artículos. Os dejo éste que me ha parecido magnífico. Su título dimite y ¿vencerás?

¿Por qué los políticos que más nos gustan son los que dimiten? ¿por qué? Para ganar nuestra estima parece que no haya nada mejor que una buena dimisión. Sólo lo supera una enfermedad grave o la muerte. pero claro, vaya precio hay que pagar por el cariño popular. Pero la dimisión, cómo nos gusta. Tendríamos que hacérnoslo mirar, ¿No? O a lo mejor son ellos los que tendrían que sacar alguna consecuencia de un dato tan corroborado. El político que dimite nos conquista por dos cosas: una supuesta renuncia a la ambición y un envidiable rapto de sinceridad.
Por lo general, los políticos transmiten la sensación de no decir nunca lo que piensan, de no ser sinceros ni valientes, de carecer de empuje y arrojo para cambiar la realidad. Por eso cuando dimiten es como si nos dijeran: "¡Eh, oye!, que yo también me he dado cuenta de la estafa y me largo". Luego están los partidos. Qué bien los definió Churchill cuando señalando la bancada de la oposición, dijo: "Ahí se sientan los rivales". y luego, apuntando a la propia bancada, la delos suyos advirtió: "Y aquí los enemigos".
Los grandes enemigos políticos siempre están en tu propio partido. La puñalada trapera en la sede es de uso tan frecuente como el "buenos días" por la mañana . Se han ido Rato, Piqué e Imaz, y nos ha faltado tiempo para proponerlos hasta de seleccionadores nacionales de fútbol, por el prestigio inmediato que adquieren con la sola renuncia.
El problema es que, en la política, el que suelta el mango de la sartén es muy difícil que lo vuelva a coger, porque los demás ya se encargarán de que si quieres volver a subirte te veas obligado a hacerlo por la parte que quema, la bañada en aceite hirviendo.
La vida pública está llena de olvido y desagradecimiento, y si alguien espera un gesto o la mano tendida o es un ingenuo o un loco. No sólo no te bañas dos veces en el mismo río, es que la mayoría de veces, cuando vuelves, te lo han contaminado, desecado desviado. No hay que creerse los tópicos políticos esos de que el que da un paso atrás lo hace para dar dos hacia adelante. Tampoco eso de que los políticos, cuanto más cercanos a nosotros, más velan por nuestros inetreses: lo vemos todos los días, hacen más por salvar un centímetro de costa española los lejanos burócratas de Bruselas que el concejal de medio Ambiente del pueblito en cuestión.
Así que no es la cercanía, ni el patriotismo, ni la consanguinidad, la clave para un buen político por más que nos los vendan así. Pero el peor de todos los tópicos políticos es el de que todos son iguales. No, no es cierto. lo malo es que parecen todos iguales. por eso la dimisión nos suena a grito de dignidad y distinción. pero es hora de pelea y necesitamos a los mejores y no a los peores ni a los sumisos, los cobardes y los lamealfombras. ¿Dónde están? la cara a veces es mucho más fotogénica cuando te la han roto varias veces. recuerden la grandeza del rostro lleno de cicatrices de un Paco Rabal. Pues eso, quizá queremos menos sonrisas edulcoradas en los carteles electorales y más cicatrices de políticos que un día dfendieron su verdad frentea su cargo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te pongas como te pongas lo mejor de david trueba es su mujer. Hija de abogado independentista pero "very beatiful"