La opinión de Rosa Díez en El Mundo.
«No, no he perdonado a ninguno de los
culpables, ni estoy dispuesto ahora ni nunca
a perdonar a ninguno, a menos que haya
demostrado (en los hechos: no de palabra,
y no demasiado tarde) haber cobrado
conciencia de las culpas y los errores del
fascismo [...] y que esté decidido a condenarlo,
a erradicarlo de su conciencia y de
la conciencia de los demás. En tal
caso sí, un no cristiano como yo está
dispuesto a seguir el precepto judío
y cristiano de perdonar a mi
enemigo; pero un enemigo que se
rectifica ha dejado de ser un enemigo
». Primo Levi.
Leo entre la perplejidad y el bochorno
las aclaraciones del ministro
del Interior en relación con el
plan integral para la reinserción de
terroristas que han anunciado que
va a poner en marcha. Si por la mañana
me sentí engañada al conocer
la noticia, cuando he leído las explicaciones
del ministro me he sentido
completamente traicionada como
ciudadana.
O sea, que el Partido Popular, que
llegó al Gobierno de la Nación prometiendo
a los ciudadanos que iba a
ser implacable con los terroristas y
asegurando que exigiría el cumplimiento
íntegro de las penas para los
presos encarcelados por delitos de terrorismo,
ahora nos dice que no sólo
no exigirán los mínimos establecidos
en la ley para optar a los beneficios
penitenciarios –petición de perdón, desvinculación
de la organización terrorista y colaboración
con la Justicia–, sino que relajarán
esas exigencias cuando los asesinos
sean terroristas.
Dice el Gobierno de Mariano Rajoy que
los terroristas ya no tendrán que pedir perdón
a sus víctimas para ser considerados
reinsertables en una sociedad democrática
a la que quisieron destruir; dice el Gobierno
de Mariano Rajoy que los terroristas que
quieran reinsertarse –o sea, que quieran
acceder a beneficios penitenciarios– ya no
tendrán que colaborar con la Justicia para
resolver los más de 300 crímenes de ETA
que aún no han sido esclarecidos ni juzgados.
O sea, que el Partido Popular ha llegado
al Gobierno para hacer aquello que ni siquiera
el PSOE se atrevió a hacer con luz y
taquígrafos. El PP ha llegado para hacer el
trabajo sucio a quienes siempre quisieron
tratar a los terroristas como si fueran unos
chicos descarriados a los que hay que premiar
por haber decidido que, de ahora en
adelante y en tanto les demos la paga y les
guardemos respeto, nos perdonarán la vida.
Y dice el ministro del Interior que todo
este plan es producto de aquella enmienda
que presentaron conjuntamente PNV,
CiU, PSOE y PP para rechazar la propuesta
de UPyD de ilegalizar a Bildu y Amaiur.
O sea, que la cosa era para eso; que no se
trataba, como explicaron en la tribuna del
Congreso de los Diputados, de reforzar el
compromiso contra ETA, sino de ceder
ante ETA en una de sus eternas reivindicaciones:
que se trate a los terroristas como
a presos políticos y se les aplique la
Ley de forma más relajada que a otros
asesinos. Qué cobardía la de este Gobierno,
incapaz de explicar en sede parlamentaria
su nueva estrategia en relación con
la banda terrorista…
Ahora nos dirán que no se han explicado
bien. Pero su problema, señor Rajoy, es que
lo hemos entendido perfectamente. Como
dijo el ministro del Interior cuando le preguntaron
por qué ahora hacían en esta materia
cosa distinta que la que prometieron
respondió, tan lacónico como sincero:
«Ahora somos Gobierno».
Ya lo dijo hace años Pilar Ruiz, la
matrona de los Pagaza: «¡Qué solos
se quedan los muertos!». Y los vivos
también, diría yo. Al menos aquéllos
que creyeron –entre los que me encuentro–
que al menos en esta materia
ustedes iban a comportarse.
Qué vergüenza la de este Gobierno,
que quiso enmascarar en un
presunto pacto para fortalecer la
unidad de los demócratas frente a
ETA lo que no era otra cosa que una
coartada para darle otro triunfo político…
¡Qué vergüenza, que cobardía
y qué falta de honor! Qué quieren
que les diga, su comportamiento
es un fraude democrático para el
conjunto de la sociedad, más allá de
que hayan votado o no al partido
que gobierna España. Sepan ustedes
que, cuando renuncian a exigir
que los terroristas pidan perdón,
cuando renuncian a exigir a los terroristas
que colaboren con la Justicia
para esclarecer los crímenes impunes,
cometen un acto de traición.
¿Se acuerdan de cuando le llamaban
traidor a Zapatero? Pues aplíquense
el cuento. Son ustedes, Gobierno de don
Mariano Rajoy, señores del Partido Popular,los que no merecen perdón.
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