martes, 22 de marzo de 2011

Julio Villacorta. Proyecto de Manifiesto Electoral

http://juliovillacortabcn.blogspot.com/2011/03/proyecto-de-manifiesto-electoral-i.html

He asumido el compromiso de presentarme como candidato a la alcaldía de Barcelona por UPyD porque creo que es el momento de devolverle a la sociedad y a los que están comprometidos en el proyecto que UPyD representa, lo que he recibido de todos ellos como ciudadano a lo largo de mi vida. En un momento de crisis como el actual no tendría sentido para mi dar un paso atrás abandonando el compromiso político o esperando una mejor oportunidad.

Hacerlo en el ámbito de la política municipal puede parecer extraño para aquellos que crean que en este ámbito, el más próximo al ciudadano, los problemas que se han de abordar están lejos de los que han configurado el ámbito de mi preocupación política a lo largo de mi vida política. Nada más lejos de la realidad.

En primer lugar porque desde la instauración de la democracia he desempeñado, en representación del PSC y de UGT, diversas funciones representativas--y por cierto, ninguna remunerada--en entes de carácter local como Barcelona Activa, agencia local de desarrollo económico de Barcelona y en el Plan Estratégico de Barcelona 2000, think-tank del pensamiento estratégico de la ciudad y su entorno que, con carácter trasversal, viene desempeñando una meritoria labor de síntesis para la gobernabilidad de la ciudad.

Hay otra razón para mí más importante que justifica la decisión tomada. Creo que puedo afirmar sin rubor que me siento orgulloso de mi militancia en el PSC durante estos treinta años y que por ello no reniego del espectacular avance que ha experimentado esta sociedad, la española, la catalana y la barcelonesa a lo largo de este período. Tengo derecho, por lo tanto, a sentirme partícipe de este hecho y a extraer de él un argumentos y activos para mi propuesta electoral.

La acción municipal del PSC en el que yo participé muy activamente fue construyendo desde la política local, un referente de modelo de cohesión social que, no sin contradicciones, permitía proyectar una Cataluña plenamente identificada en el proyecto común español. Es cierto que no sin contradicciones. El soberanismo, soterrado, estuvo siempre latente en el PSC esperando su oportunidad. Es a partir de la crisis que Pascual Maragall, alcalde, tuvo con la Federación de Barcelona con Antonio Santiburcio a la cabeza, cuando los soberanistas dan un golpe de timón decisivo para la trayectoria del PSC en Barcelona y por lo tanto en Cataluña. De aquel golpe de timón salió la candidatura de Maragall a la Generalitat, el tripartito, el nuevo estatuto, la sustitución de Maragall por Montilla, la desorientación general por falta de liderazgo, la sentencia del Tribuna Constitucional, la manifestación soberanista con apoyo del PSC y el desastre final con la puntilla de la crisis económica. Obsérvese que contemplando globalmente esta secuencia de acontecimientos políticos, se entiende mucho mejor la irrupción en Cataluña de un independentismo y soberanismo que hasta hace poco era testimonial. Alguien les preparó el camino.

Resumiendo, dos circunstancias, a mi parecer, hacen que estas elecciones municipales de 2011 sean unas elecciones singulares. En primer lugar la crisis económica de carácter sistémico en la que estamos inmersos todos y que se superpone a los déficits estructurales de la economía española. En segundo lugar la crisis política y social que, desde que se abrió la puerta a los estatutos de segunda generación, se abate sobre el proyecto nacional que la Constitución instauró.

Por ello, ahora, no solo es legítimo sino que es urgente y prioritario concebir, proponer e impulsar un giro en el modelo de cohesión social que, desde el ámbito local, pueda servir de nuevo referente en Barcelona y en el conjunto de municipios de Cataluña que perciben con preocupación la actual situación, y recuperar con este giro la senda de progreso que Barcelona, y con ella Cataluña y el resto de España necesitan.

El desafío que me he planteado y que deseo compartir con todo mi partido es el de plasmar en medidas concretas los elementos que conforman un nuevo modelo de cohesión social con las líneas trazadas por el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona para el período 2010-2020.

El modelo de cohesión social que el PSC desarrolla desde hace tiempo y pretende mantener está basado en reducir Cataluña al catalanismo usando par ello todos los instrumentos a su alcance. Es en el fondo el modelo que el PSUC planteó durante la clandestinidad porque de hecho es el reflejo de una cultura totalizante y una voluntad autoritaria. Ningún partido ha sido tan permeable a los dirigentes del PSUC como el PSC, Monserrat Tura es la guinda de este hecho.

El modelo de cohesión social a impulsar debe respetar la pluralidad y la libertad y articularse en torno a tres ejes: el eje identitario, el eje ideológico y el eje territorial. El eje identitario debería regirse por lo que podríamos denominar el modelo de conjunción lingüística y nacional. El eje ideológico por lo que sería un modelo contractual abierto en las relaciones de producción. El eje territorial por lo que sería un modelo que busque la eficiencia paretiana en la asignación de recursos limitados a necesidades ilimitadas entre ámbitos territoriales distintos que comparten economías de escala.

De todo ello hablaré en las próximas entradas reescribiéndolo, si fuera necesario, en función del debate que a partir de ahora surja.

De antemano gracias a todos los que entren en él.

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