lunes, 15 de agosto de 2011

El mito migratorio

Os copio parte de la entrevista que el Periódico de Catalunya ha realizado a Marcelo Montori, un Marista que trabaja en el Prat de Llobregat con niños y adolescentes vulnerables, en riesgo de exclusión social.

-¿Se ha estabilizado el fenómeno migratorio?

-Muchos han tenido que regresar por la crisis económica. Hubo un tiempo en que los chicos magrebís fantaseaban con el mito de Europa porque algunos compatriotas regresaban al volante de un Mercedes, que en realidad era una cafetera a punto de caerse a pedazos. Se parecía un poco a la falsa ostentación que se daba en los años 50 y 60 con los aragoneses que se habían trasladado a trabajar a Catalunya. Cuando descubrías que se habían pasado todo el año comiendo acelgas para poder pagar una ronda de vinos en verano, el mito se te desplomaba.

-¿Somos conscientes los ciudadanos de que existen esos territorios límite?

-Somos un poco esquizofrénicos. Conectamos con el dolor del inmigrante que llega maltrecho en una patera, pero, por otro lado, arrancamos enseguida el discurso de «no hay trabajo para todos, que se vayan».

-Pero hemos llegado al límite.

-Cierto: no hay para todos. Pero ¿por qué no reconfiguramos ahora el Estado del bienestar? Estamos en dinámicas económicas excluyentes que pueden generar conflictos sociales.

-Como en la banlieue de París en el 2005.

-En París les decían que eran magrebís; en África, que eran franceses. ¿Les dejaban ser de algún sitio? Por eso quemaban sus propios coches, por desesperación. Y eso puede llegar aquí. Es una paradoja que gentes a quienes les han llamado charnegos toda la vida tengan ahora un discurso xenófobo. ¿Por qué radicalizan el mensaje?

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