martes, 15 de abril de 2008

De Verdum a Berlín.

La prensa se ha hecho eco de un encontronazo entre Pepe Domingo y Carod-Rovira. Pepe ¿En qué consistió este encontronazo?
Lo que aconteció no fue propiamente un encontronazo sino el contraste de distintos criterios a la hora de aplicar la ley. El Sr Carod Rovira considera que en la Administración catalana sólo ha de ondear la bandera catalana y Ciutadans entiende que mientras la Administración autónomica catalana forme parte de la Administración española deben estar presentes en las oficinas públicas la bandera española y la catalana. En la delegación de Cataluña en Alemania sólo ondeaba la bandera catalana, yo le recordé el incumplimiento al Conseller de la Vicepresidencia y no le gustó. Es más, en una conversación privada que mantuvimos bajando en el ascensor en la delegación me reconoció que él lo que pretende es que la bandera catalana ondee en la ONU. Puede esperar sentado, va para largo.
También es trascendente de aquel acto que el Canciller de la Embajada española que estaba presente en la inauguración de la Delegación Exterior de Cataluña en Alemania no movió ni un dedo para hacer cumplir la normativa, es más pareció incomodarle que yo le recordará la ausencia de la bandera española; como alto funcionario debía haberse plantado, el Sr Carod Rovira no ha tenido rubor en hacerlo cuando no ha estado presente la bandera catalana en el tamaño apropiado, sin ir más lejos, en Israel.

Creo que lo que subyace en todo este episodio es una profunda deslealtad de la Generalitat hacía el Gobierno de España y que se exterioriza simbólicamente, con más energia todavía, en la acción internacional. Lo que me llevo a Berlín fue tratar de denunciar que el Gobierno de Cataluña está tejiendo de forma, unas veces velada y otras abierta, los hilos que le permitan configurarse con voz propia en el escenario internacional aprovechando los huecos que le ha dejado el nuevo Estatuto de Autonomía. Ya no se habla sólo de relaciones comerciales o culturales sino que Carod Rovira se refirió claramente a la pretensión de suscribir acuerdos internacionales entre los dos países, Alemania y Cataluña, y eso lo hizo delante de un diplomático español que guardo silencio. Es ocioso recordar que las competencias en materia de relaciones internacionales, según la Constitución española, son exclusivas del Gobierno de España.

¿Quién es el responsable de esta "embajada" catalana en Berlín?
Ciutadans en el Parlamento de Cataluña ha pedido el cese del Sr. Martí Estruch al considerar que una persona que ha cuestionado recientemente en artículos periodísticos la democracia en España, ha escrito que la policía española suele torturar frecuentemente y que Cataluña tiene el trato de colonía por la metrópoli española no es una persona idónea para estar al frente de un órgano tan delicado. Yo he calificado al Sr Martí Estruch de "batasuno" y me ratifico en ello porque sus tesis están más cerca de ese grupo político que de las fuerzas democráticas españolas.

Las próximas serán las de París, Londres y Nueva York. En plena sequía y, por lo visto, en una Catalunya sin mayores prioridades ¿Cuánto nos cuesta a los catalanes estas embajadas?
Con la apertura de la delegación exterior de Cataluña en Alemania se pone en marcha por el Gobierno catalán un plan expansivo de embajadas que pronto cubrirá Londres, Nueva York, Pekin, Buenos Aires.... Este proyecto megalomaniaco costará casi 26 millones de euros, a los que habrá que añadir los ingresos que pueda generar estas pseudoembajadas que también se incorporan a su presupuesto. Es notoria nuestra oposición a la apertura de estas delegaciones, las consideramos contrarias a la Constitución y sobre todo al sentido común, además de innecesarias. Sólo buscan entrar en el terreno de lo simbólico y no de la eficacia administrativa. Desde luego no me cabe ninguna duda que la ciudadanía valorara en su debido momento que se destine este presupuesto para el autobombo pretenciosamente independentista en vez de a la construcción de residencias o centros para la tercera edad o la recuperación de recursos hidricos la ciudadanía.

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