Las autonomías han sido una fórmula política que se propuso en primer lugar dos objetivos y luego asumió un tercero, difíclmente compatible con los anteriores. Por un lado, la articulación autonómica pretendió reparar el abuso histórico que se había hecho contra la lengua y la identidad de países tan caracterizados tradicionalmente como Vascongadas o Catalunya, y también engarzar el autogobierno de estas áreas de manera positiva en el conjunto de la política nacional; pero también se quiso después contrarrestar esta particularidad ominosa entendiendo la conciencia nacionalista allí donde jamás había habido otra identidad nacional que la española y limitar por medio de una proliferación salvaje de las autonomías el alcance o la relevancia efectivas de ninguna de ellas. Que el invento salió mal, a la vista está. La querella antiespañolista sigue presente como antes en Euskadi o Catalunya, aunque desde luego con muy diversa agresividad de perfiles; pero, además, ahora hay parvenus al nacionalismo que atribuyen a incomprensibles patriotismos mancillados los agravios comparatvos de la Administración central y se comportan miméticamente como aquellos hombres-oso o mujeres-cebra embarazosamente mestizos de "La isla del Doctor Moreau" de H.G. Wells.
viernes, 28 de agosto de 2009
Contra las patrias. (21)
Las autonomías han sido una fórmula política que se propuso en primer lugar dos objetivos y luego asumió un tercero, difíclmente compatible con los anteriores. Por un lado, la articulación autonómica pretendió reparar el abuso histórico que se había hecho contra la lengua y la identidad de países tan caracterizados tradicionalmente como Vascongadas o Catalunya, y también engarzar el autogobierno de estas áreas de manera positiva en el conjunto de la política nacional; pero también se quiso después contrarrestar esta particularidad ominosa entendiendo la conciencia nacionalista allí donde jamás había habido otra identidad nacional que la española y limitar por medio de una proliferación salvaje de las autonomías el alcance o la relevancia efectivas de ninguna de ellas. Que el invento salió mal, a la vista está. La querella antiespañolista sigue presente como antes en Euskadi o Catalunya, aunque desde luego con muy diversa agresividad de perfiles; pero, además, ahora hay parvenus al nacionalismo que atribuyen a incomprensibles patriotismos mancillados los agravios comparatvos de la Administración central y se comportan miméticamente como aquellos hombres-oso o mujeres-cebra embarazosamente mestizos de "La isla del Doctor Moreau" de H.G. Wells.
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