miércoles, 7 de diciembre de 2011

De lenguas propias


El nacionalismo lingüístico ha impulsado la batalla por la supremacía lingüística como la batalla principal en su lucha por la hegemonía. Para justificarse, ha recurrido a una curiosa retorsión del léxico que impulsa una retorsión más agresiva de la realidad social. Las piezas principales de ese léxico contrario a los hechos son los conceptos de lengua propia y de normalización lingüística, en este orden. Los sociolingüistas al servicio del nacionalismo han creado el sintagma "lengua propia" para oponerlo al concepto empírico de "lengua materna", que como el adjetivo indica no denomina otra cosa que la lengua que adquirimos espontáneamente en el seno de la comunidad de lenguaje familiar, es decir, escuchando y hablando con la madre, padre, hermanos, abuelos, tíos, amigos de la familia -biológica o de adopción-, vecinos locuaces y demás deudos. O en el orfanato, si nos ponemos dramáticos. Es un concepto cristalino: cada cual tiene como lengua materna la que el azar del nacimiento le ha deparado. No hay en esto ni ideología ni identidad, solamente historia y biología.


Movimientos cívicos, CARLOS MARTÍNEZ GORRIARÁN

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