sábado, 13 de julio de 2013

Moción de censura, último recurso

Artículo de Rosa Díez publicado en El Mundo.



Los artículos 175 y 176 del Reglamento del Congreso de los Diputados establecen que:
Artículo 175
«1. El Congreso de los Diputados puede exigir la responsabilidad política del Gobierno mediante la adopción de una moción de censura.
2. La moción deberá ser propuesta, al menos, por la décima parte de los Diputados en escrito motivado dirigido a la Mesa del Congreso y habrá de incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno que haya aceptado la candidatura».
Artículo 176
«La Mesa del Congreso, tras comprobar que la moción de censura reúne los requisitos señalados en el artículo anterior, la admitirá a trámite, dando cuenta de su presentación al Presidente del Gobierno y a los portavoces de los Grupos Parlamentarios».
O sea, que serán necesarios al menos 35 diputados para que pueda tramitarse correctamente; que habrá de ser positiva (propondrá candidato y programa); y que una vez presentada cumpliendo los requisitos, ninguna mayoría, por muy absoluta que sea, podrá evitar que se produzca lacomparecencia del presidente del Gobierno para que la Cámara en su conjunto pueda juzgar su actuación.
La negativa del Gobierno a comparecer en el Parlamento Nacional y rendir cuentas ante las graves acusaciones y contundentes indicios que obran en sede judicial, tanto sobre la financiación ilegal del partido político que lo sustenta como por los salarios percibidos ilegalmente por destacados miembros del PP, –entre los que se encuentra el propio presidente del Gobierno–, nos mueve a proponer al conjunto de fuerzas políticas la utilización del único y último recurso constitucional y político que obligaría a Rajoy a rendir cuentas ante los ciudadanos: la presentación de una moción de censura.
Somos conscientes de lo extraordinario de la iniciativa, pero creemos necesario que las fuerzas políticas superemos nuestras legítimas diferencias y respondamos con la altura de miras que nos demanda la gravedad de lasituación de deterioro institucional por la que atraviesa España. Proponemos a los grupos políticos una acción conjunta que sume los treinta y cinco diputados necesarios para presentar la moción de censura con el único objetivo de devolver la autonomía al Parlamento y obligar al Gobierno a rendir cuentas ante los ciudadanos. El candidato a la presidencia sería elegido mediante la fórmula que acordemos, –de antemano anuncio que los diputados de UPyD estamos autoexcluidos y aceptaremos cualquier consenso– y estaría comprometido,–si la moción saliera adelante–, a disolver las Cámaras y convocar elecciones de forma inmediata.
Tenemos el deber de utilizar todos los recursos institucionales que están en nuestra mano para enfrentarnos a la crisis política e institucional que sufre nuestro país. Hemos de forzar al presidente a cumplir con su obligación democrática y constitucional de rendir cuentas ante los ciudadanos. No podemos aceptar pasivamente que ya hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos para regenerar la democracia y devolverle su papel a un Parlamento secuestrado por una mayoría política más preocupada por salvar su poder partidario que por defender la dignidad de las instituciones. España es mucho más que la suma de todas las siglas de todos los grupos parlamentarios, España es el conjunto de los ciudadanos españoles, y todos ellos, estoy segura, esperan de nosotros que nos comportemos también por encima de las siglas de nuestros partidos. Provocar que el presidente rinda cuentas no es sino esa tarea de servicio público que se espera de nosotros.

jueves, 11 de julio de 2013

Odio y desprecio


Para empezar, había que convertir España en una entelequia extrañísima llamada Estado español. Para los nacionalistas, Francia podía seguir llamándose Francia e Inglaterra, Inglaterra, pero España se había convertido en el Estado español, término que para los españoles en general no es más que una figura jurídica: en ese sentido, TV3 es la única televisión del mundo en cuyos partes meteorológicos llueve sobre una figura jurídica. La idea subyacente es de lo más obvia: España no es un país, solo un estado. Países, lo que se dice países, solo hay uno: Cataluña. España es una invención de los castellanos, secundada por los andaluces, a quienes, como muy bien sabe Duran i Lleida, mientras se les permita tocar la guitarra, hacer la siesta y pasarse el día en el bar, todo les parece bien. Lógicamente, la manera nacionalista de tratar a ese país imaginario se basa en el odio y el desprecio.


El manicomio catalán, RAMÓN DE ESPAÑA

miércoles, 10 de julio de 2013

Petición

La opinión de Antonio Gala en El Mundo.
                                                                                                                                                  Toda España está en tris y a punto de dar un tras. Por favor (¿cómo se llama de nombre Rajoy?), váyase usted donde le salga de las narices, llévese allí sus contradicciones. España volverá a ser España: la de los españoles, mala y buena a la vez, pero la nuestra. Que vayamos y vengamos para verlo mejor. Con usted, de verdad, hemos perdido la esperanza.

miércoles, 3 de julio de 2013

Acollidora

martes, 2 de julio de 2013

Auto-odio


El recurso del auto-odio, que es como los nacionalistas llaman a la autocrítica o, incluso, al sentido común, es de los más socorridos a la hora de desautorizar al disidente. ¿Que pides más horas de castellano en clase porque las dos o tres semanales no te parecen suficientes? Auto-odio. ¿Que crees que las dos lenguas oficiales de Cataluña deberían convivir sin que una se impusiera a la otra? Auto-odio. ¿Que consideras que se puede ser catalán y español a la vez? Auto-odio. Y así sucesivamente. Hagas lo que hagas y digas lo que digas, no puedes ganar; reconócelo: odias a tu patria y, probablemente, te odias a ti mismo.


El manicomio catalán, RAMÓN DE ESPAÑA