domingo, 30 de diciembre de 2012

sábado, 29 de diciembre de 2012

sábado, 22 de diciembre de 2012

jueves, 20 de diciembre de 2012

Los últimos vestigios sentimentales del franquismo

Sentirse o no español, más allá del DNI, forma parte de la voluntad personal y de la época que a uno le toca vivir. Pertenecer a esta nación durante la dictadura no me complacía especialmente, hubiera preferido ser congoleño. Después de la Constitución del 78 se ha convertido en una condición mucho más agradable, sobre todo cuando, por afirmarlo, te ganas el odio de la España más reaccionaria. Me refiero a la España negra de los nacionalismos periféricos, que representan todavía los últimos vestigios sentimentales del franquismo.

Diarios de un francotirador, ALBERT BOADELLA

lunes, 17 de diciembre de 2012

Un mal modelo

Victoria Prego en El Mundo.



Ese modelo de inmersión que, según dicen los nacionalistas, tan bien funciona y ha producido en Cataluña una armonía y cohesión sociales envidiables, no se aplica en ningún lugar del mundo porque es un modelo que expulsa del sistema educativo la enseñanza de la lengua común de todos el país y, por tanto, atenta contra la igualdad de derechos.
Así que no es un buen modelo. Es malo. Es verdad que ha resultado muy útil para los proyectos y los sueños nacionalistas, que ya se han visto cuáles son. Pero resulta que es ahí, en ese modelo excluyente, en el que se ha enseñado a los niños que Cataluña fue durante siglos una nación independiente posteriormente invadida y sometida por España; que la guerra civil fue una guerra de España contra Cataluña; que los catalanes siempre fueron antifranquistas y, ya más modernamente, que «España nos roba». Vaya un modelo.
Y es mentira, además, que la modesta pretensión gubernamental de que el castellano sea incluido en la escuela en condiciones de «razonable proporcionalidad» con el catalán suponga dinamitar el sistema, como dicen ellos. Sólo supone intentar evitar la expulsión de hecho del castellano que se practica en las escuelas catalanas. Hace siete años que el propio Artur Mas lo explicó crudamente en un foro celebrado en la sede de EL MUNDO: «Que monten un colegio privado en castellano para el que lo quiera pagar, igual que se montó uno en japonés en su momento». Es esta filosofía, la suya, la que abofetea el espíritu constitucional. No la de quien pretende abrir un discreto hueco a la lengua de todos.
En Cataluña, el castellano no tiene ningún problema en la calle. Eso es un hecho. Pero es precisamente eso lo que a los nacionalistas les preocupa y lo que pretenden modificar. Resulta, por lo demás, asombroso que el portavoz Homs acuse al Gobierno de intentar una reforma encubierta de la Constitución. Primero, porque, en esta misma línea, el Supremo ha dictado varias sentencias ordenando a las autoridades catalanas el cumplimiento de la ley, cosa que se han negado a hacer porque ni tribunales ni Constitución pararán su camino hacia la libertad. De momento se lo han parado las urnas, pero parece que también se van a hacer los sordos ante eso.
Y, segundo, porque lo que realmente supuso un intento de vaciamiento constitucional encubierto fue el Estatuto aprobado en el Parlamento catalán en 2005, que rompió amarras con la Carta Magna y su espíritu político sin que los líderes de CiU - que iban de segundones, intentando ponerse a la altura de las ocurrencias de Maragall- se sintieran mínimamente escandalizados por la gravedad de la operación. Carecen de toda autoridad política para esgrimir ahora un argumento como ése.

viernes, 14 de diciembre de 2012

martes, 11 de diciembre de 2012

Pepa Bueno is not Carles Francino

Rosa Díez, por fin, entrevistada en la Cadena SER.


 

lunes, 10 de diciembre de 2012

Europa y los nacionalismos

La opinión de Francisco Sosa Wagner,eurodiputado de UPyD  


                                                                                                                                                               Menos en España, más bien pobre en este género, se multiplican por Europa las reflexiones sobre el futuro de las instituciones europeas, de las naciones y los Estados que las han encarnado, de la democracia, de los sistemas electorales, a la búsqueda de modelos que no signifiquen invariablemente la tergiversación de la voluntad popular. En este sentido resultan interesantes las reflexiones contenidas en el manifiesto que han firmado conjuntamente Daniel Cohn-Bendit y Guy Verhofstadt, presidentes de los grupos verde y liberal, respectivamente, en el Parlamento Europeo. Se trata de dos personalidades relevantes de la escena europea con un pasado conocido: el primero, iniciado en el famoso mayo del 68 parisino, luego continuado en una labor de eficaz crítica social plasmada en libros y en activismo político; el segundo ha sido varios años presidente del Gobierno belga, un oficio truculento que sólo se desea a los enemigos muy encarnizados. Ambos exhiben una vida polémica, la única que merece la pena pues es rica en proteínas y elimina el ácido úrico. Hoy representan a millones de ciudadanos europeos que han votado sus concepciones de la política y de la sociedad.El libro ha salido en varios idiomas, también en español (¡Por Europa!), y por algún sitio he leído que se distribuye gratis en Grecia. La edición contiene además una entrevista jugosa con el periodista Jean Quatremer, del diario Libération. En él los autores defienden su concepción federal de Europa y la necesidad de ir a una convención constituyente tras las elecciones al Parlamento Europeo de 2014 que sirva como piqueta para desbaratar los defectos de construcción observados en los años de aplicación del Tratado de Lisboa. Pero el librito es además un alegato en toda regla contra los nacionalismos, causantes de todas las perturbaciones que dificultan avanzar en el proyecto europeo. Oigámosles: «Quienes siguen entonando la cantinela nacionalista querrían compartimentar los pueblos detrás de barreras nacionales estancas. En Europa, compuesta en la actualidad por 44 países, se necesitaría un nuevo reparto en 350 Estados autónomos, sin contar los mini Estados como Andorra, Mónaco, etc. Con la misma lógica, África, que alberga una cincuentena de Estados, se transformaría en un continente con más de 2.000 pequeñas entidades nacionales. ¡Qué pesadilla! (…) Hoy el mundo cuenta con 191 Estados. Si seguimos a los nacionalistas en su delirio, esta cifra podría llegar a 5.000. Pero cuando se sabe que la mitad de las personas salidas de esos miles de Estados viven en metrópolis, es decir, en un medio donde coexisten lenguas, religiones y culturas, se advierte inmediatamente la incoherencia de sus postulados. El delirio nacionalista es de hecho el síntoma de su básica inadaptación al mundo multicultural contemporáneo». Y más adelante: «La identidad nacional es el nuevo rostro del nacionalismo. Es el último disfraz de la ideología nacionalista (…) Lejos de nosotros la idea de que no exista una identidad o de que carezca de importancia. Al contrario: es el alma misma de cada individuo. Lo que combatimos es la manera como se manipula para ser utilizada en beneficio de sus representaciones nacionalistas y esclerotizadas de la sociedad. O, todavía más grave, para crear categorías artificiales entre las personas y así mangonear las sociedades (…) Frente a los desequilibrios de la actual globalización económica y financiera, Europa debe promover sus valores sociales, ecologistas y políticos. Europa debe acabar lo que ha iniciado durante los siglos precedentes y completar la mundialización. Para lograrlo se debe cumplir una condición ineludible: Europa debe, de una vez por todas, liberarse de sus demonios nacionalistas». En un momento de la entrevista con Quatremer, Cohn-Bendit reitera: «No se puede negar que emerge un egoísmo regional. Como el Estado-Nación no es capaz de protegernos frente a la mundialización, algunos piensan que un espacio más pequeño será más eficaz (…) Esto es evidentemente falso: el espacio regional no ofrece ninguna protección suplementaria, es justamente lo contrario. Si un Estado no es capaz de resistir frente a la mundialización, ¿cómo lo podrá hacer una región pequeña? El espacio adecuado es sólo el europeo que es el único que nos permitirá defender nuestro modo de vida frente a los otros grandes espacios continentales».Bien claritos los disertos europeístas de Cohn-Bendit y Verhofstadt. Lástima que unas declaraciones tan contundentes se hallen en absoluta contradicción con la presencia en el Parlamento Europeo de diputados españoles y de otros países que defienden justamente las posiciones nacionalistas que ellos tan brillantemente combaten: de palabra en el hemiciclo y con la pluma en este manifiesto. En el caso de los verdes, en el Parlamento Europeo, forman además coalición con la Alianza Libre Europea, una organización política que acoge a «los partidos políticos que tienen como referente el derecho a la autodeterminación». Con la edad, todos sabemos que la vida es el arte de administrar nuestras contradicciones pero, al ser éstas tan clamorosas, convendría que los autores del manifiesto las explicaran con buena letra y haciéndose entender. OTRO LIBRO que circula es el escrito por el periodista y ensayista austriaco Robert Menasse y cuyo título podría traducirse como El mensajero europeo (Der europäische Landbote). Menasse, según ha contado en entrevistas a los periódicos, se instaló en Bruselas porque tenía en la cabeza escribir una novela crítico-satírica de las instituciones europeas. Pero, al ponerse en contacto con personas que en ellas trabajan, fue viviendo una transformación intelectual que le ha llevado a escribir un alegato en su defensa, especialmente de la denostada Comisión, sanctasanctorum o mihrab para muchos indocumentados de burócratas, parásitos y otras modalidades de insectos hemípteros. Lo que le ha salido, aunque yo discrepe de algunas de sus tesis de fondo, es bastante regocijante («la UE es el infierno más cool de todos los que existen en la Tierra»), pero sobre todo es, de nuevo, un alegato en toda regla contra el peligro de los nacionalismos porque «una agotada ideología, la identidad nacional, ha conducido de manera continua a guerras y a cometer delitos contra la Humanidad (…) tener una patria es un derecho de las personas, pero no así disponer de una identidad nacional». En este sentido, la UE es justamente el proyecto para superar esos nacionalismos sangrientos y también los Estados-Nación que han cumplido ya en Europa su ciclo histórico. Considera Menasse que es precisamente la democracia «nacional» la que bloquea el desarrollo de la democracia «trasnacional» de suerte que es imprescindible encontrar un nuevo modelo democrático que no esté ya unido -como está ahora- a la idea del Estado nacional.Si a todo esto unimos las voces de Élie Barnavi, Edgar Morin, Ulrich Beck o las declaraciones recientes a la prensa alemana de Bernard-Henri Lévy, percibiremos que estamos en época de extinción de grandes mamíferos, entre los que ocupan lugar de privilegio los nacionalismos y sus Estaditos de bolsillo. Una vez yertos, la buena educación impone enterrarles y dejar caer sobre su tumba una aureola de tinieblas.

sábado, 8 de diciembre de 2012

El Gobierno y la libertad lingüística: el deshonor y la guerra

Editorial de UPyD.


En la defensa de la libertad lingüística, al Gobierno se le puede aplicar la célebre sentencia de Churchill: "os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra, elegisteis el deshonor y tendréis la guerra". El Ejecutivo de Rajoy pudo legislar contra la discriminación lingüística que, objetivamente, se impone a millones de españoles en las Comunidades bilingües, pero no lo hizo. Pudo apoyar la Proposición de Ley de Unión Progreso y Democracia al respecto, una iniciativa que, fuera del viciado contexto español, sólo podría calificarse de impecablemente democrática. Pero el PP la rechazó. Hace unos días se supo que, en lugar de obligar a las CCAA a dar la opción a las familias de educar a sus hijos en castellano a través de la educación pública, el Ministro Wert había inventado un retorcido mecanismo en la esperanza de evitar la confrontación con los nacionalistas. Por supuesto, no lo logró. Una vez más, la Generalitat se sitúa por encima de la leyescenifica aparatosos desplantes y pone en marcha la maquinaria mediática que tiene alquilada con el dinero que no destina, por ejemplo, a la sanidad. Hoy sabemos que el Gobierno recula, atemorizado, y que las cosas seguirán como hasta ahora. A pesar de lo cual ya se anuncian nuevos actos patrióticos en contra de las sentencias judiciales que amparan el bilingüismo y a favor de la imposición, de la discriminación y de la marginación. No del castellano, que como lengua que hablan 500 millones de personas ni tiene derechos ni va a desaparecer de Cataluña, sino de las personas que desean ejercer su libertad, su derecho a educar a sus hijos en la lengua común. El deshonor y la guerra. Sin duda, el Gobierno se los ha ganado.

En el más puro estilo Rajoy, el PP no cree que haya que dar la batalla democrática contra el nacionalismo. Cargado de complejos y de hipotecas, rehén de barones territoriales del estilo de Jorge Fernández Díaz (a la sazón Ministro de Interior) o Alicia Sánchez-Camacho, víctimas de la miopía electoral que les lleva a deslizarse al catalanismo (o al vasquismo, o al galleguismo, a cualquier cosa menos al diabólico españolismo) para lograr el cariño de los nacionalistas pata negra, el gran partido conservador español ha dejado de ser español y de ser un partido: es una coalición de intereses locales. Así se explican sus melindres en la defensa de la igualdad de todos los españoles. Felices y aliviados después del batacazo electoral del mesiánico líder de CiU, creyendo desactivada la ofensiva independentista, confiados en que les haga el trabajo algún posibilista con suite en el Palace, olvidan que el nacionalismo va ganando. Cuando un gobierno autonómico puede saltarse las sentencias judiciales, cuando se anteponen supuestos derechos colectivos a los derechos individuales, cuando incluso el Gobierno adopta su lenguaje, los resultados electorales son sólo anécdotas desde una perspectiva histórica. El nacionalismo va ganando cuando, en el año 2012, bien entrado ya el sigo XXI, UPyD tiene que presentar una Proposición de Ley defendiendo aquello para lo que debería bastar la Constitución.

Como no se cansa de repetir Rosa Díez, el problema no son los nacionalistas, sino los partidos que deberían defender la igualdad pero se comportan como nacionalistas. UPyD es el único partido que mantiene un discurso nacional a favor de la igualdad. Hace años que el PSOE interiorizó la lógica de la diferencia y ya no tiene ni remordimientos. Las barrocas iniciativas de Wert podrían indicar que al PP sí le queda algún resto de mala conciencia, aunque bien pudieran ser señuelos para poder presentarse ante su electorado y decir: "lo intentamos, pero fue imposible". A veces se diría que la mayoría absoluta es una maldición para Rajoy, el hombre cuyo epitafio político será: "no pude hacer otra cosa".

25/09/2012 Gorriarán: "Existe la idea aberrante de que las lenguas tienen derechos y no los ciudadanos"

viernes, 7 de diciembre de 2012

Mentecatista

Ahora escucho en una tertulia radiofónica a un opinador estableciendo que el partido Ciutadans es españolista, mientras que UPyD es en cambio ultraespañolista. No me atrevo a decir, Dios me libre, que dicho ente parlante sea un mentecato: pero que al menos es bastante mentecatista, seguro que sí.


Fernando Savater en el País.

jueves, 6 de diciembre de 2012

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Ni gallardía ni lucidez

Ciutadans ha sido la demostración práctica de cómo lo pudre todo esa fuerza contaminante que irradia un régimen étnico con tres décadas en el poder regional. En el fondo, los que tomaron las riendas políticas del partido no tuvieron la capacidad de generar un  discurso independiente de las reglas que se habían establecido en la tribu como protocolo incuestionable para entrar en el juego político. Los líderes de Ciutadans, especialmente Albert Rivera, no tuvieron, ni han tenido, suficientes tablas, ni gallardía ni lucidez, para romper la baraja. Se han mostrado incapaces de crear una propuesta atractiva de cara a todos aquellos ciudadanos para los que Cataluña son solo unas hectáreas más de la nación española. La contaminación de las tres décadas de poder ha hecho su efecto incluso en los propios adverasarios del sistema.


Diarios de un francotirador, ALBERT BOADELLA

lunes, 3 de diciembre de 2012

La Cataluña real...

Para comprender hoy la Cataluña real es necesario situarla siempre en dos planos distintos. La exhibición étnica y la oficina de trámites y comisiones, o sea, arriba y abajo.


Diarios de un francotirador, ALBERT BOADELLA



domingo, 2 de diciembre de 2012

sábado, 1 de diciembre de 2012

Señor Mas, tengo malas noticias para usted

Terrorismo de lujo

El terrorismo de lujo. Niños consentidos y sobrealimentados que sembrando el dolor inútil creen contribuir a la liberación de un pueblo para que pueda hastiarse de cocochas y bacalao al pilpil sin nuestra despiadada opresión de españoles.
 Diarios de un francotirador, ALBERT BOADELLA